Hoy viajaremos con la imaginación a la Ruta del Pehuén, un recorrido que, a lo largo de 250 km, entre Aluminé y Copahue, pasando por Villa Pehuenia, Moquehue y Caviahue, se interna en algunos de los paisajes más asombrosos de la provincia de Neuquén.
Comenzamos nuestro camino en la ruta provincial 46, que serpentea en un curioso ambiente de transición: detrás quedó la árida estepa patagónica; unos kilómetros más adelante esperan las montañas, bosques y lagos.
Y aquí, entre uno y otro, la planicie que comienza a arrugarse y ríos que corren al fondo de profundos cañadones.
En la ruta, enseguida empiezan a aparecer las primeras araucarias araucanas, esos árboles extraordinarios que los pueblos originarios llaman pehuenes, y que -claro está- dan nombre a este recorrido.
Esta zona de Neuquén -y al otro lado de la Cordillera, en Chile- es la única del planeta con bosques autóctonos de esta especie de orígenes milenarios, considerada un “fósil viviente”.
La olla que brilla
Curva y contra curva, seguida por otra y otra más. La Cuesta de Rahue desciende abruptamente hacia el valle del río Aluminé, que corre tranquilo y caudaloso, a veces azul oscuro y a veces celeste, entre cordones montañosos. en esas montañas de enfrente se suelen ver cóndores.
Un río, un lago, un pueblo. Tres sitios con un mismo nombre: Aluminé. El pueblo tiene unos 5.000 habitantes y una vida basada en las actividades rurales, que empezó a despertar al turismo cuando sus habitantes comenzaron a tomar conciencia de que mucha gente llegaba hasta allí atraída por la belleza de una naturaleza tan generosa y tan virgen.
Hoy la oferta turística es importante y va desde cabalgatas en los bosques del lago Quillén, en el Parque Nacional Lanín, o trekking en senderos por valles y montañas, hasta pesca con mosca en ríos y lagos, que atrae a fanáticos de la pesca de todo el mundo, especialmente de Estados Unidos. Algunos de ellos, como el Aluminé y el Ruca Choroy, son ideales para bajarlos en kayak o practicando rafting.
Los lagos perfectos
Ahora la ruta 23 serpentea junto al río, corriente arriba. De Aluminé a Villa Pehuenia son 60 km de una belleza difícil de describir; a veces exuberante, a veces más árida, como minimalista. El río todo lo reverdece, cada tanto un rebaño de ovejas disfruta de un pasto super verde y poco a poco asoman las montañas más altas, que a principios de diciembre aún cargan bastante nieve. Y aparece, a la izquierda, el lago Aluminé, que brilla con tanta intensidad como si quisiera confirmar que su nombre en mapudungún -lengua mapuche- significa “olla que brilla”.
“El pueblo de las vistas perfectas” podría ser una buena descripción de Villa Pehuenia, porque mires para donde mires, los paisajes son una delicia. Los lagos Aluminé y Moquehue unidos por un corto río tan cristalino que a veces parece que no llevara agua, las montañas, los bosques de araucarias y los volcanes. El Batea Mahuida de este lado; el Villarrica, el Llaima, el Sollipulli y varios más del lado chileno.
Pehuenia es una villa de montaña creada para el turismo, cuyo emplazamiento fue fruto de un acuerdo con la comunidad mapuche Puel, que está asentada en la zona e incluso administra el parque de nieve Batea Mahuida, ideal para familias y principantes y que transformó el invierno en otra temporada alta.
También hay mucho para hacer aquí, además de sentarse a contemplar el lago junto a una chimenea encendida. Caminatas, mountain bike, kayak, snorkel, buceo, paseos embarcados, pesca, excursiones en 4×4 o un circuito de canopy entre araucarias a orillas del lago Moquehue, por ejemplo. Un obligado -desde aquí o desde Aluminé- es el Circuito Pehuenia, también llamado “ruta de los 5 lagos” porque pasa junto al Aluminé, el Pulmarí, el Ñorquinco, el Nom-pehuen y el Moquehue, además de varios ríos que son paraíso para la pesca con mosca.
Una carcaterística interesante de la Ruta del Pehuén es que los destinos son diferentes entre sí, cada uno tiene su propia identidad, Aluminé se destaca por sus ríos y el lado norte del Parque Nacional Lanín; Pehuenia-Moquehue, por los lagos; y Caviahue-Copahue, por el volcán y las termas.
A los pies del volcán
A lo lejos se divisa la fumarola blanca del volcán Copahue. Con rumbo norte, dejamos atrás el ripio de la ruta 23 y la aduana del paso Pino Hachado y pasamos ahora por los Risco Bayos, unas extraordinarias formaciones de piedra que enmarcan la ruta 26 justo antes de que se “hunda” en el fantástico Cajón del Hualcupén
Más de uno seguramente conozca Caviahue en invierno, cuando la nieve lo cubre todo -menos el lago Agrio y algunas araucarias- y el centro de esquí está a pleno. Pero en verano… bueno, venga y véalo por usted mismo, porque no se va a arrepentir. Lagunas, ríos, cascadas, bosques de araucarias. Un menú de naturaleza muy potente que se disfruta con días cálidos y noches super estrelladas.
Primero lo primero: la caminata al circuito de cascadas del río Agrio está, muy cerca del pueblo y es para disfrutar mate en mano. Las cascadas del Basalto, Cabellera de la Virgen, de la Culebra y del Gigante, en medio de un paisaje maravillosamente extraño: columnas basálticas, araucarias altas, la silueta triangular del cerro Pirámide y, como telón de fondo, el Copahue con su fumarola. Se ve como extraterrestre, ¿no?, Sí; de hecho, dicen que el lago Agrio tiene un ambiente parecido al de Marte -por su elevada acidez, casi no tiene vida-, y por eso vienen a estudiarlo desde la NASA
Tanto en esta laguna, desde la que se ve el inicio del Cajón del Hualcupén, como en otras de la zona, especialmente la de Trolope que, dicen, tiene superpoblación de truchas por estos días. Eso sí, como está en un campo privado, hay que pagar un derecho de pesca que no es barato.
Lo que sí es barato -gratis, pero a la vez impagable- es el impresionante Salto del Agrio, una gran cascada en pleno Valle de Trolope, a unos 15 km de Caviahue. Son 45 metros de caída en una especie de gran olla cuyos colores son indicador de la riqueza de estas montañas: los minerales tiñen la tierra de amarillos y ocres, y el predominio del hierro pinta las piedras de rojo.
Aguas que curan
Última escala. Montaña arriba, a unos 20 km de Caviahue, las aguas de las termas de Copahue, dicen, están entre las cuatro mejores del mundo por sus propiedades. Ya los habitantes originarios, los pehuenches, visitaban el lugar porque conocían sus propiedades curativas, y más tarde, ya en el siglo XX, abrieron algunos hoteles. Y en la década de 1970 se construyó el actual complejo, con capacidad para más de 2.000 tratamientos diarios y rodeado por hoteles, departamentos, aparts, cabañas.
Aquí todo el que ingresa pasa primero por un control médico, que recomienda el tratamiento a seguir según cada caso. Lo increíble es que a pocos metros entre sí hay distintas surgientes con características totalmente diferentes, que se utilizan para distintas “curas de bebidas:” agua sulfurosa, agua ferruginosa, agua de Copahue (de vichy), de limón, de volcán, de mate…Hay fangoterapia, hidroterapia, máscaras, aplicación de algas, inhaloterapia, nebulizaciones, baños de inmersión, que tienen, aseguran, resultados asombrosos. Funcionan de Diciembre a abril, y ahora también en invierno:“Nieve yTermas”, un programa que permite llegar hasta aquí desde Caviahue en motos de nieve para disfrutar de un día termal rodeado de varios metros de nieve.
Aquí termina nuestro viaje, espero que hayan podido imaginar toda la belleza que esta ruta nos regala, y si, con la imaginación no alcanza: siempre estamos aquí para llevarlos personalmente!