Entre araucarias y con el imponente volcán Copahue como telón de fondo, hoy te proponemos una recorrida de verano por cuatro de los saltos de agua más cercanos a Caviahue.
A 360 kilómetros de la capital de Neuquén, un valle escarpado y angosto invita a recorrer un sendero donde los saltos de agua se suceden entre araucarias milenarias.
Entrada al bosque de araucarias. Llegás a Caviahue por la Ruta Provincial 26, todo asfalto, entre cajones y puestos de veranadas. A un kilómetro del pueblo, antes de cruzar el puente sobre el río Agrio, está el acceso a las cascadas: 500 metros por un sendero de ripio entre araucarias milenarias. Hoy te proponemos recorrer las cuatro primeras del circuito conocido como las siete cascadas: son las más accesibles y de mayor tamaño, aunque el camino tiene 23 saltos de agua hasta llegar al volcán. Podés ir en auto, en bici, a caballo o a pie. La pendiente es leve y en el estacionamiento vas a encontrar un cartel con información sobre el circuito. Te recomendamos caminar. Tenés por delante un espectacular recorrido de unas dos horas si lo hacés tranqui, con tiempo para contemplar cada una y sacar fotos. Ida y vuelta: 3,5 km.
Cascada del Basalto. Es la primera en el sendero y la última antes de que el río Agrio desemboque en el lago Caviahue. Si la observás desde arriba, vas a notar como el agua corre encajonada por la montaña a poco más de 1600 metros sobre el nivel del mar, en este valle angosto y escarpado al sur del volcán Copahue. Y cuando te acercás, te van a sorprender los afloramientos de basalto que dejó el escorial de lava lanzado por sucesivas erupciones.
Cascada Cabellera de la Virgen. La segunda escala en el ascenso, que sigue siendo de pendiente suave. Aquí, el agua cae pegada a la montaña. Como durante toda la recorrida, escuchás el rumor del río, que se hace más potente a medida que avanzás y te avisa que te estás acercando.
Cascada de la Culebra. Es la tercera parada. A diferencia de las otras, el agua no cae desde lo más alto sino desde la mitad del afloramiento, mientras las araucarias (pehuenes) reinan en las alturas. Sus famosas semillas, los piñones, son ricas en hidratos de carbono e integran la lista de los cocineros regionales.
Cascada del Gigante. Las más grande. Desde acá, entre la vegetación de la estepa, hay una buena panorámica del volcán Copahue.
El mallín. Otra hermosa vista de la estepa. Aquí un cartel advierte sobre la necesidad de preservarlos: son la base de la alimentación para la cría de animales.
Nota: El diario de Río Negro: POR ALEJANDRO CARNEVALE